Editor’s Note: This story was originally published in The Nevada Independent. The Nevada Sagebrush has partnered with The Nevada Independent to bring our readers more Nevada news
Por Jackie Valley / The Nevada Independent
Esta nota fue traducida al español y editada para mayor claridad a partir de una versión en inglés que aparece en The Nevada Independent.
En una escuela secundaria de Henderson, los errores no sólo son aceptables, sino que son bienvenidos.
Ese modo de pensar puede causar sorpresa dentro del sistema de excelencia académica, donde no hay lugar para la idea de un desempeño atlético que no sea excelente, una rutina musical imperfecta, ni una calificación inferior a “A”.
Pero Nicole Donadio, directora de la Escuela Intermedia Bob Miller (Middle School) considera que esos retos de la adolescencia son momentos valiosos de aprendizaje que darán sus frutos en el futuro.
“Todo está ligado a la idea de que está bien fracasar”, dijo. “Lo que importa es ¿Qué vas a hacer para mostrar tu tenacidad y capacidad para recuperarte?”.
Esas palabras les suenan familiares a los estudiantes de esta escuela intermedia de cinco estrellas. Un salón de clases para alumnos de sexto grado muestra ilustraciones diseñadas por los estudiantes que representan rasgos de carácter como la perseverancia y la fortaleza.
El mes pasado, la gurú para el desarrollo del carácter Angela Duckworth, autora del éxito de ventas publicado por el New York Times “Determinación: El poder y la pasión de la perseverancia” visitó la escuela.
Duckworth habló ante un gimnasio lleno de alumnos que dejaban escapar una que otra risita cuando escuchaban acerca de los cambios en sus cuerpos y de las hormonas. Su mensaje se enfocó en el “emocionante desarrollo” que sucede en el cerebro de los jóvenes.
También se refirió a esos rasgos del carácter que los maestros de la escuela Bob Miller han estado incluyendo en las clases, como la determinación, que ella describe como una combinación de pasión y perseverancia, y que le ayudaron a terminar su libro. En pocas palabras, no se dio por vencida, incluso cuando a veces el proyecto la hizo llorar.
El Distrito Escolar del Condado Clark trabaja con una red de investigación asociada con Character Lab, un organismo sin fines de lucro fundado por Duckworth, y dos educadores más; que tiene como objetivo reducir la brecha entre descubrimientos de la ciencia basados en el carácter, y el mundo de la educación. La meta final es llevar a los salones de clase más estrategias de desarrollo del carácter.
En el próximo año académico, entre siete y 10 escuelas en el Condado Clark se sumarán a la red de investigación, lo que significa que los estudiantes van a participar en diversas clases de formación del carácter y los investigadores estudiarán los resultados, según explicó Kellie Ballard, directora de la oficina del superintendente adjunto. Aún falta por definir más detalles, incluyendo qué escuelas participarán.
Ballard explicó que ese trabajo conjunto sin costo se alinea con el enfoque cada vez mayor que el distrito ha puesto en el aprendizaje social y emocional. Algunas escuelas ya enseñan a sus estudiantes el desarrollo de la mentalidad.
Mientras que las escuelas son centros para la práctica y el progreso, no siempre aceptan el fracaso. Y en el gran esquema de desarrollo personal, esto puede ser un problema, dijo Alaine Tingey, una maestra de ciencias de séptimo grado en la escuela Bob Miller Middle.
“A veces se aprende más del fracaso que de hacer las cosas bien”, afirmó. “Con eso batallamos cuando sentimos que los niños sólo van tras una calificación o están tratando de quitarse a sus padres de encima”.
El personal de la escuela Bob Miller se ha dedicado a crear entornos de aprendizaje estimulantes, empujando a los estudiantes hacia esa zona incómoda que requiere una dinámica de prueba y error, tenacidad y perseverancia.
A principios de este mes, el equipo de la Olimpiada de Ciencias de la escuela, con apenas tres años de haberse formado, se llevó el primer lugar en el estado, superando a una serie de escuelas magnet y charter.
Pero Tingey señaló que haber ganado fue solo un resultado afortunado de una experiencia de aprendizaje llena de obstáculos y trabajo duro; en otras palabras, un esfuerzo que beneficia a los estudiantes más que una medalla de primer lugar.
“Hemos tratado de suavizar las cosas para que los niños no batallen”, dijo. “No saben cómo enfrentar la adversidad”.
Sus estudiantes, que ahora tienen una nueva mentalidad, están de acuerdo. Mencionaron una lista de factores que los estresan, como cambiar clases en cada ciclo, llevar un record de sus tareas, y tener una sensación de competencia a nivel social y académico.
Abigail Haggerty dijo que los mensajes acerca del pensamiento positivo y la determinación han demostrado ser especialmente útiles cuando se están aprendiendo conceptos matemáticos difíciles.
“No sólo te basas en lo que puedes hacer”, dijo. “También confías en lo inteligente que eres”.
Su compañera de clase, Susanne Massa, lo expresó así: “Una mentalidad de desarrollo es como decir ‘a lo mejor ahorita no soy tan bueno para esto, pero puedo mejorar”.
Es una actitud que los maestros de la escuela esperan que sus estudiantes lleven para el resto de su vida.